LA CONSTITUCIÓN
INVISIBLE DEL SER HUMANO SEGÚN EL SUFISMO
Andrés Guijarro - Los Libros del Olivo,
2013
Reseña de Joaquín Albaicín
Existe una ciencia tradicional, practicada en
el marco de diferentes civilizaciones, cuyos presupuestos son claramente
indicativos de que, bajo la piel, las facciones y las proporciones corpóreas,
habita un hombre interior, un hombre de naturaleza sutil sobre cuya
conformación podrían las características físicas aportarnos, cuando menos, algunos
indicios: la fisiognomía. El ensayo de Andrés Guijarro no es un tratado de
fisiognomía, pero se le aproxima en cierto sentido, por cuanto arranca desde el
presupuesto de que el ser humano consta de varias “capas” más allá de la
meramente física e, incluso, más allá de la psicosomática. Se trata, en el
fondo, del punto de partida tradicional que define a los seres del mundo
manifestado –y no sólo a los humanos- como un compendio de espíritu, alma y
cuerpo, en el que el alma oficiaría como nexo o vínculo de unión entre los
otros dos componentes (el inmortal y el perecedero).