Acercándonos a la concepción de la realidad psíquica en Jung, transcribo unos párrafos de Walter Jesús Ojeda Murguía en su ensayo La Psicoterapia en el Límite de la Realidad, al que recurriremos en otras ocasiones en este blog....
Reflexionemos acerca de lo que es real.
Como mentes occidentales, hijos del siglo XX, estamos acostumbrados a pensar que “la realidad” o “lo real” es aquello que es tangible, que se puede ver, oír, oler, gustar tocar, sólo a través de los cinco sentidos. Es decir, aquello que es mensurable. Ello descarta, en su calidad de real, al contenido de los sueños, a los productos de la imaginación y de la fantasía, entre otros, lo cual no deja de ser un descarte metodológico de la ciencia, válido sólo para ella, pues el conocimiento de la realidad comprende otras áreas: la filosofía, la religión, y la psicología como área-frontera
(Wilber, 1991).
“Pienso, entonces, existo” dice Descartes. Es decir, sólo por medio de la autorreflexión, sólo por medio de mi aparato cognoscitivo, puedo saber que existo, puedo reconocer lo que es real. Si no hay un alguien capaz de pensar la existencia, la existencia como tal no tiene sentido. En psicología se discute mucho de la objetividad, que es una forma encubierta de hablar de lo que es real. ¿Es posible ser objetivos? Quiero ilustrar esto con dos ejemplos. A nivel filogenético los seres humanos vemos colores, los perros tonos de gris. Para el perro los colores no existen. A nivel ontogenético nos relacionamos con el mundo externo en función a nuestras experiencias pasadas y, por tanto, ¡cada persona tiene su realidad! Lo que impide nuestra caída en la psicosis es el hecho de compartir una realidad consensual, que establece puentes de un yo a otro yo. La objetividad pura, en este sentido, es una ficción.
Entonces, ¿qué es la Realidad Psíquica? Es la configuración de las vivencias de un ser vivo, que determinan su relación con la realidad externa. Dichas vivencias provienen tanto de aspectos biológicos (herencia, tendencias, pulsiones, arquetipos), ambientales (relaciones objetales, contactos con lo exterior), como también trascendentes (campos morfogenéticos, vivencias espirituales). Comprende, de este modo, al aparato psíquico freudiano (conciente, preconciente, inconciente) y niveles de conciencia menos conocidos.
Así lo expresa Jung:
La “Realidad Psíquica” es un concepto controvertido, como “psique” o “mente”. Por los
últimos términos algunos entienden la conciencia y sus contenidos, otros permiten la
existencia de representaciones “oscuras” o “subconscientes”. Algunos incluyen a los
instintos en el dominio psíquico, otros lo excluyen. La gran mayoría considera que la
psique es un resultado de procesos bioquímicos en las células cerebrales. Unos cuantos conjeturan que es la psique lo que hace funcionar las células corticales. Algunos identifican “vida” con psique. Pero sólo una minoría insignificante considera al fenómeno psíquico como una categoría de existencia per se y saca las conclusiones necesarias.
Recalquemos, entonces. La Realidad Psíquica es tan real como la realidad externa u “objetiva”. Y tiene sus propias leyes de funcionamiento, más fáciles de explicar por física cuántica que por física mecánica, usada por Freud y, de manera implícita, por la psicología contemporánea. La conducta observable y los procesos conscientes se explican en términos mecánicos; la realidad psíquica, por cuántico-relativistas (Cfr. Isaacs, Davies, Grinberg).
A lo largo de su vida Freud fue desenrollando la madeja de la realidad psíquica pero se vio limitado por su fijación pansexualista, biologicista y pesimista del ser humano. Posteriores desarrollos psicodinámicos han superado dicho enfoque.
Entre 1910 y 1920 el suizo C.G. Jung, antigua mano derecha de Freud y luego disidente, genera una teoría de la líbido como energía universal pre-existente, más que mera energía sexual. Amplía el concepto de inconsciente, señalando que existe el Inconsciente Personal (freudiano) y el Inconsciente Colectivo, lugar donde se depositan los avatares de la evolución, los Arquetipos, y revalora lo espiritual como factor determinante para el desarrollo de un ser humano sano (“proceso de individuación”).
Una pregunta Ángel, me interesa tu punto de vista que a mi me falta claridad. Si intentas confrontar el proceso de individuación frente a la "No dualidad" vemos que es imposible, pues se mueven en distintos niveles o realidades, en tanto en cuanto para la "No dualidad" el proceso de individuación seria un fenómeno dentro de maya con todo lo que ello implica, un proceso en la verticalidad del péndulo pero que no transpone ni trasciende la separación sujeto_objeto.. Sin embargo también se podría dar la vuelta al asunto, observando al individuo que procesa la "No Dualidad" como el efecto de una causa arquetípica dentro del proceso de la individuación, siendo por tanto la "No dualidad" una rama mas del árbol de la individuación. Esto acaba siendo paradójico, o simplemente es que me estoy inventando un problema inexistente al mezclar realidad psiquica con realidad metafisica, has pensado en ello Ángel ?, cual es tu opinión ?, y si te ha creado algún tipo de contradicción vital ?.
ResponderEliminarUn saludo
Uhmm... interesantes reflexiones y preguntas... Hace bastantes años, cuando era muy junguiano, participé en un debate en un foro -Epignosis, creo que se llamaba- e intenté mostrar a los tradicionalistas guenonianos lo que yo creía válido "espiritualmente" en la obra de Jung... Posiblemente ahí habría alguna que otra respuesta a lo que planteas... Y es posible que lo busque y lo publique en este blog por partes...
ResponderEliminarCada junguiano tiene su "percepción" del Proceso de Individuación. El mío, actualmente, es el un Proceso de Desindividualización Total, esto es, la disolución del ego, conscientemente asumida, en el Sí-Mismo, lo cual conlleva una "No-Dualidad". El ego queda descubierto, en este Proceso, como un complejo más de la psique que pretende asumir ser el mandamás y organizador de los procesos psíquicos conscientes.
Vivir el Proceso de Individuación es una vivencia arquetípica impulsada por el centro de todos ellos, del que emanan todos los restantes arquetipos, el Sí-Mismo, el cual pasaría a ser arquetipo en su "reflejo psíquico", pero que en su raíz es trascendental, metafísico ya que no sería otra cosa que lo que es el Atman en el Vedanta...
En fin... de lo que estoy hablando es de una interpretación espiritual, esotérica e incluso metafísico-tradicional del Proceso de Individuación... Algo que pocos autores han osado hacerlo de forma decidida y sin prejuicios.
Algo de ello se perfila en mi libro "Perdidos en el Mundo Imaginal"...
En todo caso, entre Ramana Maharshi y Jung, me quedo mil veces antes con Ramana... Jung cometió un gran error al no acercarse a conocer a Ramana cuando estuvo en la India...
Salud
Ángel
Entiendo Angel, en el fondo al final lo que cuenta es tu propia percepción del proceso, pero la única manera que se me ocurre de verificar que conlleva "No Dualidad", es no estar atrapado/identificado en la historia de tu propia percepción del proceso, algo así como que la iluminación seria ver a traves de la historia de la iluminación que vives. Y haciendo un salto mortal sobre lo anterior, cobra sentido el por que Jung no fue a ver a Ramana, confirma que realizo su mito personal pero no lo trascendió, por lo tanto Jung no es mas que una historia, Ramana hubiera simbolizado su "Si_mismo", al no tener el encuentro quedo en un guión mas, interesante, completo pero en el ambito de historia arquetípica. Bueno eso deduzco..a saber....
ResponderEliminarGracias majete
Juan Manuel