viernes, 14 de diciembre de 2012

Cinesofía en El Cambio de Wayne W Dyer

Tras ver la película El Cambio, protagonizada principalmente por el Dr. Wayne W. Dyer, y que versa sobre una parte significativa de su filosofía-psicología transpersonal, que ha dirigido Michael Joorgian, no puedo por menos que recomendarla porque es uno de esos filmes plagados de contenidos de cinesofía más que aceptables.


Confieso que he leído varios libros de Dyer en el pasado, especialmente en la segunda mitad de la década de 1990, y que tengo pendiente de leer en mi librería "Nuevos pensamientos para una vida mejor. La sabiduría del Tao", del que habla reiteradamente en la película. Y que, al inicio del film, salga uno de los libros de Jung como referente y que sea su tesis del cambio espiritual que las personas tienen que realizar en la segunda mitad de la vida el tema central de la película, me animó inicialmente a ver este film que, técnicamente no es nada del otro mundo pero cuyo contenido es de gran valía.


 Además, como resulta que los parajes de la película me han recordado muy singularmente a los de la Sierra de Irta y paseo de la zona costera de la playa Romana en Alcoceber-Alcocebre-Alcossebre en los que tan bien me he sentido durante cinco veranos y tanta paz he encontrado, es evidente que la película me ha llegado "dentro".

Comparto además con Dyer el respeto y meditación hacia Nisargadata Maharaj, del que creo haber leído que Dyer considera su mayor maestro.



Posteriormente Dyer escribió un libro en el que desarrolla ampliamente las respuestas que da en la entrevista cinematográfica (pues él es un personaje más, aunque central, del film). De este libro me permito transcribir los párrafos siguientes de su prólogo (otra obra que me apunto para leer próximamente).


"Todos nosotros hemos de hacer algunos cambios o transiciones durante el recorrido de este maravilloso viaje humano hacia la edad adulta. Con suerte, iremos más allá de los dos primeros. que son obligatorios, y llegaremos a esos cambios en la consciencia que conducen a una vida llena de significado. ¿Qué quiero decir con esto?

El primer cambio que todos nosotros hacemos nos traslada del no-ser al ser: del espíritu a la forma: de lo invisible a nuestro mundo de cosas corpóreas. límites y demás. Así, el primer capítulo de este libro se titula «De...». A mi manera humilde (e imperfecta. estoy seguro), intento definir lo indefinible, utilizando palabras y frases que son meros símbolos de algo que es imposible describir. No obstante, esta es la conclusión a la que yo he llegado sobre ese mundo del espíritu invisible, a partir del cual se originan todas las cosas y al que todas regresan, según parece ser.

El siguiente cambio que describo es el cambio «De la ambición»; por lo tanto, «Ambición...» es el título del capítulo 2. Ambición es la fase en la que asumimos nuestro propio ego, que es lo opuesto al lugar del espíritu del cual procedemos. En este contexto, el ego es nuestro falso yo.

Estos son los dos cambios mayores y obligatorios que experimentamos en el camino hacia nuestra condición de humanos.

Muchos de nosotros llegamos al final del viaje habiendo realizado únicamente esas dos transiciones. Por desgracia la ambición a menudo es el final de la trayectoria vital. En mi película , y en este libro, yo sugiero que hay dos cambios adicionales disponibles para todos nosotros. Si los realizamos la «vida sin significado» a la que se refería sir Laurens no será el final de la historia. Todos podemos optar por dar el salto, más allá del segundo cambio del ego impulsado por la ambición.


El tercer capítulo se titula «A...», en el sentido de llegar a un lugar de nuestras mentes. donde nos demos cuenta de que tenemos la opción de dar un giro de ciento ochenta grados a partir del falso yo. y empezar a dar marcha atrás en dirección a nuestra creación. o a lo que yo llamo nuestra «Procedencia». Esta nueva fase de nuestro viaje vital es un regreso al espíritu y una invitación al reino in isible de lo diy ino. para reemplazar el dominio del ego. Aprendemos a domesticar nuestro ego, mientras nos dirigimos A una vida con significado y propósito. nutrida por el origen de nuestro ser.

El cambio descrito en el capitulo 4 es «Significado». Cuando abandonamos ese falso yo y empezamos nuestro viaje de vuelta al origen mientras todavía estamos vivos, vivimos con una nueva serie de pautas. Descubrimos que las leyes del mundo material no necesariamente implican la presencia del significado, que se ve fomentado por nuestro cambio hacia el origen. La aparición de milagros y una sincronía recia descubierta empiezan a poblar el paisaje de la vida. En efecto, Significado es lo que define ahora todos los momentos de nuestra existencia.


Desgraciadamente, según mi experiencia, la ambición del ego es el objetivo final de muchas vidas: sin embargo. disponemos de indicios que señalan esos dos cambios adicionales que nos liberan de los ilusos consuelos de nuestro ego. Nosotros podemos dar media vuelta y dirigirnos de nuevo al lugar del espíritu, con un tercer cambio. Y después, en el cuarto cambio alcanzamos una vida de significado y propósito, dedicando de nuevo nuestra ambición a la realización de nuestro auténtico yo. Podemos satisfacer nuestra vocación más importante cuando emprendamos de modo consciente el viaje de la ambición al significado. Podemos transformar nuestras vidas individuales y, como ventaja adicional también influir en el destino de nuestro sagrado planeta".


Y de su primer capítulo, he aquí este par de párrafos


"En la versión cinematográfica de El cambio, mantengo un breve debate con algunos de los personajes sobre este concepto clave: En el inundo material todo debe ser como el lugar del que viene, incluidos iodos y cada uno de nosotros. En la película hablo de una porción de tarta de manzana en un plato, y pregunto: «¿A qué se parece esta porción?». La respuesta obvia es que se parece a la tarta de manzana. porque tiene que ser como aquello de lo que procede. Este es un concepto que nos resulta familiar si pensamos en la sangre que se extrae para una prueba de diagnóstico. Una pequeña jeringa de sangre proporciona a los médicos información sobre todas las defensas de la persona a quien se la extraen. ¿Por qué? Porque la muestra debe ser igual que aquello de donde viene.

Yo extiendo esta lógica a mí mismo y a ti también. Ya que yo no procedo de mis padres, afirmar que he de ser como ellos no es la conclusión lógica. Ya que yo no procedo de mi cultura, ni de mi religión, ni de nada de este mundo, no es necesario que deba ser lo mismo que mi entorno o mi sociedad. Pero dado que procedo de una energía invisible, que algunos llaman Dios, o Tao, o inteligencia divina, debo ser como aquello de donde vine. Mi conclusión sobre mi origen es que yo vine del espíritu, y que mi verdadera esencia es aquello de donde vine. Yo soy una divina porción de Dios. Soy primero y seré siempre un ser espiritual conectado de modo inextricable al origen de mi ser".

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