sábado, 10 de noviembre de 2012

Cómo percibimos el mundo - Entrevista a Ignacio Morgado

Mucho me hubiera gustado realizar esta entrevista a Ignacio Morgado  Bernal por su libro Cómo percibimos el mundo. La entrevistadora ha sido la periodista Sílvia Colomé y se publicó en La Vanguardia (donde puede leerse entera la entrevista, pues aquí sólo hay una selección).  Conclusión a la que llego: no sólo nuestros pensamientos-sentimientos son realidades psíquicas, sino que lo que creemos objetos externos (el mundo, en definitiva, el cosmos...) también lo es. Ignacio Morgado es  Catedrático de Psicobiología en el. Instituto de Neurociencia de la. Universidad Autónoma de Barcelona.




Ignacio Morgado: "Fuera de nosotros no hay luz, gusto ni tacto"

El psicobiólogo explica aspectos sorprendentes de la mente humana en el libro 'Cómo percibimos el mundo'

Sílvia Colomé. La Vanguardia. 26/04/2012

¿Dónde residen la inteligencia y las emociones? Esta pregunta ha intrigado a los hombres desde tiempos inmemorables. Muchas civilizaciones otorgaron al corazón tales privilegios. Lo que ahora parece una obviedad, que el cerebro está detrás de los procesos mentales, es un conocimiento relativamente nuevo aunque muy asumido. Con el libro Cómo percibimos el mundo, Ignacio Morgado, una de las grandes referencias en el campo de la neuropsicología y catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la UAB, nos desvela aspectos de la mente humana y los procesos sensoriales y perceptivos que no tenemos tan asumidos y que, incluso, llegan a sorprendernos.

-¿Cómo percibimos el mundo?
-Como nuestro cerebro está preparado para percibirlo. Las percepciones son una creación del cerebro y de la mente humana. 

-¿Entonces?
-Eso significa que lo que percibimos no necesariamente coincide con lo que pueda haber fuera de nosotros, que no es más que materia y energía. Las percepciones no existen fuera de nuestra mente. Dicho de otro modo: el cerebro es el que ve, oye, siente… Fuera de nosotros no hay luz, gusto, tacto… 

-¿Los colores no existen?
-Fuera de nosotros, no. En la mente humana, sí.

-¿El azúcar no es dulce?
-Lo percibimos como dulce. Pero su dulzor no es una propiedad del azúcar, sino de las neuronas del cerebro cuando reciben el impacto de las moléculas de azúcar.

-¿Y qué ocurre con el tiempo?
-Tal y como lo percibe el cerebro, es subjetivo. El cerebro humano no tiene ningún reloj que mida el tiempo como lo hacen los relojes artificiales. La percepción del tiempo depende mucho de las circunstancias. Si te duele una muela, es infinito. Si lo estás pasando bien, se acaba enseguida.

-¿No deberíamos hacer más caso al tiempo que percibimos?
-Claro. De cómo percibimos el tiempo depende mucho nuestro bienestar.

-¿Y qué ocurre con esta mesa donde estamos sentados? ¿Existe?
-Sí, en forma de materia y energía, pero no en forma de tacto, ni de olor, ni de color, ni de nada. Todo eso son sensaciones que crea nuestro cerebro a partir de la materia y la energía de esta mesa. 

-Parece que vivamos engañados…
-Absolutamente. Si tomas una taza de café caliente por la mañana al desayunar, parece que el olor esté saliendo de esa taza. Y es mentira. Es la forma que tiene nuestro cerebro de leer e interpretar. Las partículas volátiles que salen de la taza de café llegan a nuestra nariz, que recoge esta información. El cerebro la transforma y la convierte en percepciones conscientes.

-Lo curioso es que tanto usted como yo interpretemos igual esas partículas volátiles del café…
-Nunca podemos estar seguros de que tengamos la misma percepción. De lo que sí podemos estar seguros es de que siempre o casi siempre que olemos eso, cada uno de nosotros olemos la misma cosa, y esa cosa que olemos la llamamos café. Por eso nos entendemos.

-Es decir, que mi olor de café puede ser diferente al suyo.
-Exactamente, pero no importa. ¿Cómo puedo llegar a saber que tú hueles lo mismo que yo? No sabemos si algún día la ciencia podrá llegar a dar la seguridad de que es así. Muy probablemente lo que percibimos es muy parecido porque estamos hechos de la misma materia biológica y tenemos el mismo tronco evolutivo común, aunque haya diferencias individuales entre mi cerebro y el tuyo, pero las suficientes coincidencias para que nos entendamos y tengamos percepciones muy similares.

-¿Existen diferencias entre hombres y mujeres?
-Las diferencias perceptivas se basan en las distintas constituciones de los cerebros, en las distintas culturas y educación… El cerebro es muy selectivo, no se queda con todo lo que ve, toca, oye, siente… sino con lo que le resulta más nuevo, cambiante, importante… Tu cerebro como mujer le prestará más atención a unas determinadas cosas y el mío como hombre quizás a otras si como hombre son más interesantes o relevantes que para ti como mujer. Pero las diferencias individuales pueden ser más importantes que las que pueda haber entre diferentes sexos.

-¿Y entre personas de diferentes épocas? ¿Habría diferencias perceptivas entre un romano y nosotros?
-Él repararía en cosas diferentes. Pero su cerebro trabajaría de una forma muy similar al nuestro para percibir. En el tiempo que ha transcurrido desde los romanos y nosotros, el cerebro ha cambiado muy poco. Los grandes cambios se producen en una escala de tiempo mucho mayor, de millones de años.

-¿Y qué pequeños cambios sí se han producido?
-Los atenienses tenían un cerebro para pensar, razonar y tomar decisiones muy parecido al que tenemos ahora. Sin embargo, los elementos sociales y ambientales en que se basaban para hacerlo son muy diferentes a los nuestros, sobre todo la tecnología. Nosotros vivimos en una sociedad tecnológicamente muy desarrollada y ellos no.
 
(...)

-¿Y qué ocurre con el alma?
-Esa cosa no está al alcance de la ciencia. Si quiere hablar del alma, llame a un teólogo. Todavía no sabemos cómo lo material, las neuronas… produce el pensamiento, la subjetividad. Como no sabemos cómo se produce este cambio tan fuerte, y tengo mis dudas de que el cerebro humano pudiese entenderlo, la magia que hay en ese no entender el cambio lleva al ser humano a creer en cosas sobrenaturales, creer en algo que además permite dar un sentido a la vida.

-Lo que queda claro es que necesitamos conocer esta respuesta…
-Si algún día el cerebro humano evoluciona lo suficiente para entender esto, entonces aparecerán nuevas preguntas que quizás serán más difíciles de responder. Será el precio que los seres de ese tiempo tendrán que pagar por haber evolucionado hasta entender lo que ahora somos incapaces de entender.


Y he aquí una entrevista que está en Youtube

 

1 comentario:

  1. Pensé que me iba a encontrar con una visión cientifica de mayor apertura, pero al final de la entrevista se advierte la tradicional postura dogmática de muchos cientificos. Ni si quiera escéptica, sino lisa y llanamente dogmática: "lo que la ciencia no puede explicar, es superchería".

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