martes, 17 de mayo de 2011

Jung y Oriente, primer acercamiento

Escrito el 10 mayo 1999


Ananda Kentis Coomaraswamy afirmaba que un europeo difícilmente comprenderá el Vedanta "a menos que conozca y comprenda cuando menos a Platón, Filón, Hermes, Plotino, los Evangelios (especialmente el de San Juan), Dionisio Areopagita y finalmente Eckhart". O sea: que tiene que conocer el HERMETISMO .

Yo conozco a una persona, occidental, europeo, y fallecido en 1961, que si algo ha demostrado, es su gran conocimiento del Hermetismo, y de las obras de Platón, Plotino, los evangelios (y la Patrística), el Areopagita y Maister Eckhart: su nombre es Carl Gustav Jung. 

Por el contrario, en Guénon se observa un gran desconocimiento sobre bibliografía del Hermetismo, incluso un cierto menosprecio. Ahora bien, no cabe duda alguna de que Guénon conocíaveintemil veces mejor el Vedanta que Jung, puesto que éste tan solo lo tocó parcialmente. Y sin embargo, "pudo comprenderlo" pues, conocía y comprendía a los autores citados por Coomaraswamy. Y de esa comprensión surgió su equiparación analógica, y por tanto, simbólica, entre el Sí-Mismo y el Atma. Si a ello añadimos que, aparte del estudio y meditación comprensiva sobre el Hermetismo realizada por Jung, se agrega que era masón y, por tanto, recibió su correspondiente "influencia espiritual" de la iniciación virtual (hablando en términos guenonianos) y que, además, recibió la visita del "Viejo Sabio" (el gurú interior), resulta incomprensible el menosprecio de Guénon y de los guenonianos hacia Jung que llega al punto de recriminarle que qué derecho tiene Jung para equiparar el Atma con ese centro psicoideo del ser humano que denominó Sí-Mismo. 

Su viaje a la India duró tres meses, comenzó en diciembre de 1937, pero en el verano anterior tuvo como huéspedes a dos personalidades: V. Subrahmanya Iyer, gurú del Marahadscha de Mysore (con quien volvió a entrevistarse en la India y de quien fue huesped durante un tiempo), y al escritor de yoga e hinduismo, Paul Brunton, discípulo del famoso Maharishi Ramana (1879-1950) al que no visitaría Jung en la India, pero sobre cuya obra escribió un prólogo en el libro de Heinrich Zinmmer "Der Weg zum Selbst" ("El camino hacia sí mismo") en el que señala que "probablemente hubiera debido visitar a Sri Ramana".