domingo, 1 de noviembre de 2020

Sobre el Caos-Orden y otras polaridades

 La percepción consciente de la inestabilidad del Orden (sea como se considere o conciba  en cada momento-época de cada cultura-civilización-religión) provoca zozobras en el psiquismo humano, el cual intenta reordenar el Caos, restaurarlo. Este es el sustrato psíquico de todas las apocalípticas y milenarismos, que, en lo que respecta a la mitología, comienza a expresarse en las cosmogonías más diversas.

 Las fuerzas del Caos se van imponiendo y entonces se consteliza en el psiquismo humano una serie de "arquetipos de la restauración del Orden" que se plasman en imágenes arquetípicas como son las  expuestas en la cosmovisión cristiana por el Apocalipsis del visionario Juan de Patmos: el combate de Miguel contra el Dragón, el Reino de los Mil Años, el posterior Juicio Final y la Jerusalén Celeste en una "tierra nueva y unos cielos nuevos".

 


En el psiquismo humano no hay consciencia sin formas, las cuales parecen movilizarse entre polaridades en su dinámica existencial. Un flujo de energías se movilizan entre los diversos polos, como lo son los constructos mentales o nociones de Dios-Satán, Bien-Mal, Salud-Enfermedad, Belleza-Fealdad, Cristo-Anticristo, San Miguel-Lucifer...  

 Las polaridades, al ser "realidades psíquicas", se proyectan en imágenes numinosas con funcionalidades arquetípicas, como  Sol-Luna, León-Dragón.., y se hipostizan proyectándose en individuos concretos y también, en ocasiones, en pueblos o colectivos humanos.



Al generarse el constructo mental de un polo, la psique refleja el otro polo del "eje", cual imagen invertida en un espejo. No obstante, sabios ha habido, hasta en la Cristiandad, en los que ha prevalecido el sentido unificador, la Unidad, y no la Oposición, como Principio, Medio y Final, de toda la Existencia (el crismón, a nuestro entender, lo refleja magníficamente). Así, por ejemplo, en el Libro de los 24 Filósofos, a mediados  del s. XII, se afirma que «Dios es una esfera infinita cuyo centro se halla en todas partes y su circunferencia en ninguna».  Igualmente para el cardenal Nicolás de Cusa (1401 - 1464) en Dios se da una "coincidentia oppositorum", una "coniunctio oppositorum" y, por tanto el ser humano que pretenda acercarse a lo divino, ha de tender a transformar los opuestos en complementarios y, finalmente, a trascenderlos "más allá del bien y del mal", o sea, más allá de toda conceptualización racional.

 


En ocasiones se da la paradoja de que un mismo individuo o colectivo acoge, cual imán, ambas dualidades-polaridades, siendo para otras personas-colectivos ( en el mismo período histórico o posteriormente) reflejo de "lo Bueno y de lo Malo".  Lo mismo acaece con la iconografía zoomorfa, como queda patente si consultamos el impresionante "Bestiario de Cristo" elaborado por Louis Charbonneau-Lassay, en que -para ir entrando en el tema central de este artículo- el león simboliza a Cristo pero también a su opuesto (el Maligno), como acontece con el dragón.

Escrito en Soria, 5 de octubre de 2020, como marco explicativo de la serie de artículos enn torno al dragón/león -  Ángel Almazán

domingo, 27 de septiembre de 2020

Una mirada al Dragón y León en la Alquimia

 Si la emblemática renacentista y barroca enlazó las figuras del dragón y el león significando países en pugna como he señalado en Dragones y leones combatiendo como emblemas políticos, en la Alquimia ambas figuras han sido muy habituales, aunque casi siempre separadas dentro del mismo marco iconográfico compositivo, si bien puedo destacar una imagen en la que están combatiendo.


 

Dentro del vaso hermético, presidido por el Sol, el hálito espiritual emanado por la paloma del Santo Espíritu impregna al león que, aparentemente auxiliado por el cangrego, están derrotando al dragón.

La imagen la he tomado de Ein Richtiger-Wegweiser zu der Einigen Warheit in Erforschung der verborgenen Heimligkeiten der Natuhr (Una guía real de la verdad común al explorar los secretos ocultos de la Naturaleza), de Franz Clinge, publicada  en Berlín en 1701. Este combate también tiene connotaciones astronómicas-astrológicas (Draco, Leo, Cáncer).

La hermenéutica psicológico-arquetipal de C.G. Jung sobre el león y el dragón en la alquimia suele estár ligada al Mercurio.



Franz Clinge, por cierto, fue un destacado hermeneuta de Basilio Valentín.

Y he aquí una selección de imágenes alquimistas en las que aparecen ambos animales separados en la misma página (tomadas de www.alchemywebsite.com/)








domingo, 26 de julio de 2020

Recordando a Jung en el 145 aniversario de su nacimiento



Hace 150 años nació Carl Gustav Jung en Keswill (Suiza), el mismo día -26 de julio de 1875- que naciera en una vivienda del Palacio de Dueñas, en Sevilla, el poeta Antonio Machado Ruiz.



Me acompaña Jung desde hace cuarenta años. Casi nada..



Le he leído y releído. Me ha marcado.



Basándome en su "antropología simbólica arquetípica" he interpretado las tradiciones populares sorianas y parte de su arte románico y gótico en mi serie "El Otro Lado" (Soria Semanal/ Soria 7 Días), he escrito numerosos ensayos y capítulos varios de mis libros desde un enfoque "junguiano". Y he tratado de comprender la vida y encauzarla a partir de su obra (como también con la de Guénon, Ibn Arabi, Ramana Maharshi...).


Hace unas décadas subí hasta Küsnacht a rendirle mi personal homenaje ante la tumba y me adentré por los jardines de su casa y llegué hasta su puerta y también ante el Instituto Jung, en cuya biblioteca hay un par de libros míos.


 No pude llegar hasta su santuario en Bollingen pues me paré en la primera estación de tren y no enn la segunda, y luego tenía que volver rápido hasta Lugano y no podía alargar mi viaje junguiano... Así que me queda pendiente retornar a Suiza y conocer su torre alquímica de Bollingen.
Así que, de momento, seguiré leyéndole-releyéndole y también recurriendo a la lectura  de quienes han sentido en su alma el legado junguiano.