viernes, 26 de noviembre de 2010

Psicoterapia en Jung

 La psicoterapia junguiana
 Ángel Almazán

El psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung (1875-1961) es el creador de la Psicología Analítica, de los Complejos o de las Profundidades, que tiene algunas vinculaciones con el Psicoanalisis Freudiano en tanto en cuanto el insconsciente es el foco central sobre el que se propugnan una serie de teorías que determinan la correspondiente cura psicoterapeútica. Ahora bien, Jung tan solo estuvo relacionado con Freud entre 1907 y 1913, año este último en el que se separaron definitivamente.


Para Jung la libido es la energía de la psique que se expresa en todo tipo de emociones, pensamientos, sentimientos e intuiciones. Esta energía psíquica circula hacia fuera (extroversión) y hacia adentro (introversión). Mediante la extroversión el ser humano se relaciona con los demás y se adapta para convivir en sociedad y acatar las normas sociales. Por el contrario, mediante la introversión la energía psíquica, por decirlo así, activa el mundo interior del psiquismo y puede plasmarse en creaciones artísticas de todo tipo, por ejemplo; pero también puede concentrarse en los denominados complejos, los cuales son muy importantes para explicar los miedos desde un enfoque junguiano.

Podríamos decir, por resumir, que los complejos son como nódulos de energía psíquica donde se acumulan pasados aconteceres psíquicos (emociones, pensamientos, percepciones) sin el permiso del ego (yo o consciencia), es decir, involuntariamente, inconscientemente. Estos complejos “saltan” desde el subconsciente o inconsciente personal hasta el plano diurno de la consciencia cuando, bien algunas circunstancias externas o del psiquismo interno (pensamientos, emociones..), tienen algun tipo de relación con tales complejos. Y puesto que éstos tienen su propia carga de energía psíquica, pueden llegar incluso a superar el que la voluntad (la energía psíquica disponible por el ego o yo) tiene en tales momentos, provocando situaciones en las que el ser humano afectado puede caer bajo su dominio más o menos total, provocando así las más diversas patologías, fobias e inclusos asesinatos. Estos complejos, por tanto, son entre otras cosas, nidos de miedos y temores.

¿Cómo superarlos? Primero hay que ser consciente de que uno tiene tales miedos, pues sin este paso previo es imposible poder llevar a cabo cualquier proceso de curación o superación mediante la psicoterapia junguiana que consiste básicamente en sacar a flote, mediante el diálogo entre paciente y psicoterapeuta, tales complejos para, una vez conocidos, investigar acerca de por qué se generaron y aplicar, después, las medidas psicoterapeúticas oportunas para desmenuzarlos, minimizarlos o extinguirlos. La máxima socrática, “Conócete a ti mismo”, es la esencia de esta cura psicoterapéutica.

Para localizar tales complejos la Escuela Junguiana recurre a la interpretación de los sueños y al método de la Imaginación Activa consistente en dejar que la creatividad se manifieste libremente. Así, por ejemplo, alientan a que los pacientes dibujen, escriban o tallen en madera o piedra lo que han soñado, pues a través de tal acto libre creativo pueden manifestarse las peculiaridades de sus complejos, lo que facilita al psicoterapeuta conocer mejor tales complejos para curarlos, a la par que al paciente le sirven como de “válvula de escape” y de autoconocimiento.

En resumidas cuentas: sólo a través de un trabajo psicoterapeútico de diálogo sincero entre el paciente y el psicólogo-psiquiatra junguiano puede desvelarse la naturaleza de cada complejo para que el psicoterapeuta se lo muestre en toda su desnudez al paciente, para poder aplicar las medidas psicológicas oportunas que pasan, inevitablemente, por un mayor autoconocimiento del paciente acerca de lo que pasa en sus profundidades anímicas.


NOTA: artículo publicado en su día en Soriaymas 

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