domingo, 24 de noviembre de 2013

George Berkeley en El Mundo de Sofía


Transcribimos estas líneas sobre George Berkeley del libro El Mundo de Sofía escrito por Jostein Gaarder  y publicado en España por Siruela (una editorial muy importante para junguianos y simbólogos, por cierto, como Atalanta -ambas creadas por Jacobo Fitz James Stuart).

Y alentamos a la compra del libro El Mundo de Sofía, por supuesto.
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Alberto se levantó y se dirigió a la ventana que daba a la ciudad. Sofía se puso a su lado...

-Tenemos que hablar un poco de Berkeley -dijo al cabo de un rato.

Sofía ya se había sentado. Se dio cuenta de que había empezado a morderse las uñas.

- George Berkeley fue un Obispo irlandés que vivió de 1685 a 1753 -comenzó Alberto, sin luego continuar.

-Sí, Berkeley fue un obispo irlandes -repitió Sofía.

-Pero también era filósofo...

-¿Sí?

-Él sentía que la filosofía y la ciencia de la época estaban amenazando los conceptos cristianos de la vida, y que ese materialismo cada vez más dominante era una amenaza contra la fè cristiana en que es Dios quien crea y conserva todo lo que hay en la naturaleza.
 
-¿Sí?

-Al mismo tiempo Berkeley fue el empirista más consecuente de todos.

-¿También opinaba que no podemos saber- nada más del mundo que lo que percibimos a través de nuestros sentidos?

-Y más que eso. Berkeley opinaba que las cosas en el mundo son precisamente como las sentimos, pero que no son «cosas».

-Explicame eso, por favor.

-Recordarás que Locke había señalado que no podemos pronunciarnos sobre las "cualidades secundarias", de las cosas. No podemos decir que una manzana es verde o está ácida. Son impresiones de nuestros sentidos. Pero Locke tambien había dicho que las "cualidades primarias", tales como firmeza, peso, solidez, pertenecen realmente al mundo exterior,lo cual quiere decir que la realidad exterior tiene una "sustancia" física.

-Sigo teniendo buena memoria. Creo recordar además que Locke señalaba una importante distinción.

-Bueno, Sofía, ojalá fuera así.

-¡Sigue!

-Locke opinaba, igual que Descartes y Spinoza, que el mundo físico es una realidad.

-Sí, ¿y...?

-Precisamente eso es lo que Berkeley pone en duda, y lo hace practicando un empirismo consecuente. Dijo que lo único que existe es lo que nosotros percibimos. Pero no percibimos la "materia".No percibimos que las cosas son «cosas» concretas.El presumir que aquello que percibimos tiene una "sustancia" propia, es saltar demasiado rápido a la conclusión.No tenemos en absoluto ninguna base de experiencia para hacer tal aseveración.

-¡Tonterias! ¡Mira esto!

Sofia golpeó la mesa con el puño.

-¡Ay! -exclamó, porque se golpeó muy fuerte-.No prueba esto suficientemente que la mesa es una mesa real y material?

-¿Qué sentiste?

-Sentí algo duro. 

-Has tenido una clara sensación de algo duro, pero no sentiste la materia de la mesa. De la misma manera puedes soñar que te das contra algo duro, pero dentro del sueño no hay nada duro, ¿verdad que no?

-En el sueño no.

-Además se puede sugestionar a una persona para que "sienta" esto y aquello. Se puede hipnotizar a una persona y hacerle sentir calor y frío, caricias suaves y golpes duros.

-Pero si la propia mesa es la que era dura, ¿entonces qué fue lo que me hizo sentir que lo era?

-Berkeley pensaba que era "una voluntad o un espíritu". Pensaba que todas nuestras ideas tienen una causa fuera de nuestra propia conciencia,pero esta causa no es de naturaleza material, sino espiritual.
 
Sofía había vuelto a morderse las uñas. Alberto prosiguió.

-Según Berkeley, mi propia alma puede ser la causa de mis propias ideas, como cuando sueño, pero solamente otra voluntad o espíritu puede ser la causa de aquellas ideas que constituyen nuestro mundo "material". Todo "se debe al espíritu que causa "todo en todo" y gracias a lo cual "todas las cosas subsisten", dijo.

-¡Qué clase de "espíritu" sería ese?

-Berkeley piensa evidentemente en Dios.  Dijo que "incluso podemos afirmar que la existencia de Dios se percibe mucho más nitidamente que la existencia de los hombres".

-¿Ni siquiera es seguro que nosotros existamos?

-Bueno... Todo lo que vemos y sentimos es una consecuencia de la fuerza de Dios, dijo Berkeley. Porque Dios está íntimamente presente en nuestra conciencia y suscita en ella toda esa multitud de ideas y sensaciones a las que estamos constantemente expuestos. Toda la naturaleza que nos rodea y toda nuestra existencia reposan por lo tanto en Dios. Él es la única causa de todo lo que hay.

-Estoy más bien asombrada.

- Ser o no ser, no es, pues, toda la cuestion. Otra cuestión es qué somos. ¿Somos personas reales? ¿Nuestro mundo esta compuesto por cosas verdaderas, o estamos rodeados de conciencia?
 
Una vez más Sofía empezó a morderse las uñas. Alberto prosiguió.

-Berkeley no sólo duda de la realidad material. También duda de que el «tiempo» y el espacio tengan una existencia absoluta o independiente. También nuestra vivencia del tiempo y del espacio puede ser algo que sólo se encuentre en nuestra conciencia. Una semana o dos para nosotros no tiene por que ser una semana o dos para Dios...

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